18 de enero de 2023
Una rodaja fina de la luna menguante cuelga en un cielo parcialmente nublado esta mañana. El sol invernal ilumina los pastos de marrón claro, álamos grises y parches blancos de nieve crujiente en el Valle de Helena, Montana, EEUU. La curva azul de montañas que nos rodea sigue en sombra. Estoy con Stephen Turner, un pajarero local. Estamos manejando despacio por el valle, haciendo un circuito de 71 millas entre álamos, pasturas, campos agrícolas y zonas residenciales. Nuestra meta es directa, pero de ninguna manera es fácil. Queremos contar las aves rapaces que están pasando el invierno en este valle.
Aves rapaces son cazadores. En general, nuestras aves más pequeñas se alimentan de insectos, semillas y frutas: comidas las cuales frecuentemente son abundantes a escala local. Pero aves rapaces, por otro lado, cazan animales vertebrados. Dependiendo de la especie, sus dietas puedan incluir ratones ciervo, topillos, ardillas terrestres, liebres, truchas, matalotes, gorriones y patos. Y por eso, las aves rapaces son relativamente escasas. Así como hay miles o millones incontables de semillas por cada gorrión que existe, también tiene que haber varios gorriones por cada gavilán pecho canela (Accipiter striatus). Por cada aguililla cola roja (Buteo jamaicensis) que existe, hay muchos más topillos y ratones ciervo.
Para que las aves rapaces prosperen, su presa tiene que prosperar primero. Por lo tanto, cada aguililla cola roja, águila cabeza blanca (Haliaeetus leucocephalus) o gavilán pecho canela en el Valle de Helena es una señal de salud. Y cuando disminuyen las poblaciones de nuestras aves rapaces invernales, es un indicio que el paisaje se vuelva menos saludable por toda vida.
Por eso estamos haciendo estas observaciones hoy. ¿Cuántas aves rapaces están pasando el invierno en el Valle de Helena? Y ¿cómo cambian sus números, para bien o para mal, con el tiempo?
¿Cómo están nuestras aves rapaces invernales?
El relevamiento de hoy durará la mayoría del día para nosotros. Pero esta ruta solamente es una de 542 tales rutas actuales – una suma increíble – las que observadores voluntarios llevan a cabo este invierno en toda la parte noroeste de los EEUU, desde California hasta Montana.
El proyecto empezó hace 18 años en Oregón con una pregunta simple: ¿cómo estaban las aves rapaces de invierno en aquel estado? Jeff Fleischer empezó a coordinar relevamientos durante el invierno de 2004, con 79 rutas entonces dentro del estado de Oregón. Poco después, East Cascades Audubon Society empezó a apoyar la iniciativa, y desde entonces ha seguido expandiéndose.
En cada ruta, observadores voluntarios hacen un relevamiento una vez al mes desde diciembre hasta febrero. Algunos eligen también hacer relevamientos en noviembre y marzo. Y después de que se establezca una ruta, el observador la sigue de la misma manera cada vez. Esta normalización lo hace posible que se puede ver cambios entre meses y años en los números de aves rapaces.
Las aves rapaces de Montana en el invierno
Las rutas en Montana se le han sumado recientemente al proyecto. Stephen Turner inició esta ruta, en el Valle de Helena, en noviembre de 2022. Pero aun después de algunos meses, ya estamos viendo un dibujo mucho más completo de nuestras poblaciones invernales de aves rapaces que lo que pudiéramos lograr con observaciones informales.
“Si no dedicas tiempo para observar estas cosas cuidadosamente, te pierde mucho,” me dice Stephen. “Es tan diferente que sólo salir a pajarear.”
“Los números son mucho más grandes que anticipaba,” sigue él. “La cantidad de aguilillas árticas en este valle es extraordinaria.”
En diciembre, Stephen contó 38 aguilillas árticas (Buteo lagopus) – un conteo impresionante por un valle pequeño entre las montañas. Aguilillas cola roja (Buteo jamaicensis) no fueron tan abundantes que las aguilillas árticas, esas últimas que anidan en la región ártica y se han adaptado bien al frío. No obstante, en diciembre Stephen encontró 20 aguilillas cola roja en el valle. Basado en sus observaciones en noviembre y diciembre, Stephen ya espera contar entre seis y doce águilas cabeza blanca (Haliaeetus leucocephalus) en cada relevamiento. Y también hay otras especies notables, presentes aunque de abundancia baja, incluso halcones mexicanos (Falco mexicanus), gavilanes rastreros (Circus hudsonius), cernícalos americanos (Falco sparverius) y halcones esmerejones (Falco columbarius).
Cazando a través de la nieve crujiente
Así es que estamos aquí esta mañana, conduciendo despacio por el valle. Yo, como pasajero, anoto los datos y vigilo para aves al lado derecho de la calle. Stephen maneja la camioneta, se mantiene alerto para tráfico y cuenta aves al lado izquierdo.
“Realmente lo hace mucho más fácil tener dos personas,” dice Stephen.
Constantemente estamos mirando a postes de cerca o electricidad, dispositivos de riego y álamos, buscando atentamente para la forma distante de un ave rapaz posándose. A veces vemos una aguililla a medio vuelo, también, batiéndose sobre los campos o dando vueltas más alto dentro de una térmica de aire calentado por el sol. Identificamos lo que podamos con binoculares. Cuando encontramos aves más distantes, montamos el telescopio de Stephen para confirmar la identificación.
Mientras seguimos Sierra Road, vemos la nieve en una manta continua sobre los campos. Parece crujiente: el tipo de nieve, dada forma por ciclos de deshielo y congelación, que podría hacérselo difícil que una aguililla la perforara para atrapar un topillo o ratón debajo.
“¿No parece que esto sería difícil por un ave rapaz?” dice Stephen.
Sin embargo, cuando tomamos Floweree Drive, la cubierta de nieve se vuelve más dispersa. Y las aves rapaces parecen responder. Encontramos varias aguilillas árticas posándose en las estructuras de riego y los postes de electricidad. Una aguililla cola roja aterriza brevemente sobre el techo de una casa recientemente construida, una de la multitud que está reemplazando rápidamente a los espacios abiertos del Valle de Helena. Pero la aguililla sólo se queda brevemente antes de despegar otra vez, volando en la corriente del viento ligero que viene desde el suroeste.
Desde águilas cabeza blanca hasta gavilanes pecho canela
Encontramos un águila cabeza blanca madura posándose en los álamos al lado del Arroyo Prickly Pear. Su cabeza blanca brilla cuando el sol aparece desde detrás de las nubes. Montamos el telescopio e identificamos dos más aguilillas árticas, encaramándose en postes de cerca entre las pasturas.
Cada vez que vemos una aguililla volando, intentamos seguir sus movimientos. Queremos evitar la posibilidad de contar la misma ave dos veces, la que pudiera suceder cuando un ave se desplaza durante el relevamiento.
Acontece cuando estamos en Helberg Drive, pasando por una alquería, que el contar de aves empieza a volverse bien ocupado. Stephen ve un ave compacta y delgada sentándose en una mimbrera frágil (Salix fragilis). Tiene una cabeza pequeña y una cola larga con rayas oscuras. Comparada con las aguilillas árticas, es minúscula. Ésta es un gavilán pecho canela (Accipiter striatus): un depredador que suele cazar las aves cantoras desde una emboscada. Y a diferencia de las aguilillas que se alimentan con mamíferos, las cuales son tan fáciles de ver cerca de los campos, estos gavilanes pequeños son bien desafiantes de hallar. Sospechamos que éste se alimentó recientemente, porque se posa con calma en la mimbrera. Gira la cabeza y nos mira con indiferencia.
Otra ave rapaz minúscula
Mientras nos preparamos para continuar, me doy cuenta de un destello de movimiento al otro lado de nuestra camioneta, cerca de la acequia. Es otra pequeña ave rapaz, pero ésta tiene alas agudas con manchas canelas a lo largo de las primarias. ¡Es un esmerejón (Falco columbarius)!
El depredador pequeño se echa a volar, gritando con irritación. Es inusual ver estos halcones posándose en la tierra. Como los gavilanes pecho canela, los esmerejones cazan, más que nada, pájaros cantores. Por lo general, se posan en postes de electricidad o en las cimas de los árboles, buscando su presa desde ahí. Al ver un ave distante, el esmerejón despegará rápidamente, aprovechando su propia velocidad y el terreno para emboscar la presa.
Pero encontramos este esmerejón posado en la tierra. ¿Por qué? ¿Acabó de aterrizar ahí justo antes de que lo sobresaltáramos, habiendo perseguido un ave cantora? Cuando lo vemos despegar, sin embargo, no tiene ninguna presa en las garras. Parece que la caza matutina aún no ha tenido éxito.
¿Aguililla ártica o aguililla cola roja?
Seguimos adelante y examinamos los campos nuevamente. Algunas águilas cabeza blanca están sentándose a lo largo de una cerca distante. Logramos contar dos más aguilillas árticas también. Y entonces apuntamos el telescopio hacia otra aguililla, oscura y retroiluminada en un árbol distante. Entre la distancia y la iluminación mala, la identificación de esta ave nos supone un reto.
¿Aguililla ártica (Buteo lagopus) o aguililla cola roja (Buteo jamaicensis)? Ésta es una pregunta común en Montana durante el invierno. Por lo general, las aguilillas árticas tienen la cabeza pálida, la barriga cruzada por una franja extensa de plumas oscuras y la cola con un parche blanco en la base. Las aguilillas cola roja tienen la cabeza oscura y el pecho con una franja más angosta de plumas oscuras. También tienen la cola anaranjada o gris, sin un parche blanco en la base. No obstante, las dos especies tienen mucha variabilidad en su plumaje. Algunos individuos de cada especie son “morfos oscuros”: aguilillas mayoritariamente negras que carecen de los patrones típicos. Y algunos individuos permanecen tan distantes que se nos hace la identificación dura.
En tales casos, buscamos algunas pistas adicionales. Cuando una aguililla ártica se posa, se parece a la forma de una pera: más amplia cerca de la barriga, con la cabeza relativamente pequeña. Por otro lado, una aguililla cola roja parece ser más amplia cerca de los hombros, con la cabeza grande. Y si logras ver las patas, fíjate en que las aguilillas árticas tienen plumas hasta los pies. Las aguilillas cola roja, mientras tanto, tienen las “espinillas” desnudas.
El ave distante la que vemos tiene los hombros amplios y la cabeza grande de una aguililla cola roja.
Una caza exitosa
Cuando pasamos por la alquería de vuelta hacia la arteria principal, vemos el gavilán pecho canela aún posándose donde lo encontramos primero en la mimbrera. El esmerejón ha desaparecido.
No obstante, resulta que no fue nuestro último encuentro del día con un esmerejón. Unas horas después, hemos parado al lado de Lake Helena Drive para identificar otra aguililla distante cuando una sombra pequeña se lanza desde el cielo. Desaparece en la maleza al otro lado de la carretera. Esperamos con anticipación, aguantando la respiración. Pronto el halcón pequeño resurge y vuela hacia un poste de cerca. Y esta vez, el cazador tuvo éxito: un topillo está colgando de las garras.
Cuando finalmente terminamos el relevamiento, al fin de la tarde, se nos están cansando los ojos. Y con razón: la búsqueda intensa para aves rapaces nos duró un poco más de ocho horas. Comparado con el relevamiento que Stephen hizo en diciembre, el número de aguilillas cola roja ha bajado mientras que el de aguilillas árticas se ha mantenido estable. Hoy hemos encontrado 11 aguilillas cola roja y 37 aguilillas árticas. También hemos contado 12 águilas cabeza blanca, tres esmerejones, un sólo gavilán pecho canela y un gavilán rastrero (Circus hudsonius).
Ningún relevamiento puede hallar todo lo que esté presente. Hoy, por ejemplo, no hemos encontrado ningunos halcones mexicanos (Falco mexicanus) ni cernícalos americanos (Falco sparverius), dos especies escasas durante el invierno, aunque sabemos que otros pajareros las han visto recientemente acá. Sin embargo, al repetir relevamientos como esto de la misma manera cada vez – y al hacerlos no sólo aquí, sino en centenas de lugares distintos a lo largo del parte noroeste de los EEUU – se nos empieza a aparecer una imagen bien detallada de nuestras poblaciones invernales de aves rapaces.
Aves rapaces en riesgo
En el Valle de Helena, observaciones informales sugieren que estemos perdiendo los hábitats para estas aves – y rápidamente. Sólo en los últimos cinco años, urbanizaciones nuevas se han expandido sobre lo que era tierra de cultivo a lo largo de Keir Lane, al lado este del valle cerca de la Bahía de Spokane. Y Stephen, quien lleva muchos años observando pájaros en el Valle de Helena, se ha dado cuenta de cambios graves.
“La urbanización les ha afectado a los pájaros grandes acá,” me dice.
Las águilas cabeza blanca solían ser comunes en los álamos a lo largo del Arroyo Spokane. Se veía a menudo a las aguilillas árticas y aguilillas cola roja durante el invierno a lo largo de Keir Lane. Y en aquellas pocas ocasiones en que un halcón gerifalte (Falco rusticolus) – un visitante sumamente escaso desde las regiones árticas – se aparecía en el Valle de Helena, esta área era uno de los lugares más probables en el que hallarlo.
“Eso definitivamente ha cambiado,” dice Stephen.
Un valle importante
No obstante, a pesar del crecimiento repentino de urbanizaciones y todas las pérdidas de hábitat que ya han acontecido, los relevamientos de este invierno nos dicen que el Valle de Helena todavía es un lugar importante para las aguilillas y águilas invernales. Este valle mantiene decenas de aguilillas árticas y aguilillas cola roja. Los álamos, arroyos y pasturas aún ofrecen hábitat para las águilas cabeza blanca. Y, si tienes suerte, pudieras encontrar un esmerejón cazando aves cantoras o topillos a lo largo de una cerca.
Cada vez que salimos para contar aves rapaces, recogemos la información que nos permitirá ver las tendencias futuras en las poblaciones invernales de nuestras aguilillas y águilas. Pero este proyecto va mucho más allá de los números. Tiene que ver con amor por estos cazadores plumados que compartan el paisaje invernal con nosotros. Trata sobre los pastos y álamos, topillos y aves cantoras, todos los que tienen que florecer para mantener a las aves rapaces. Si nuestras aves rapaces pueden prosperar – y si podemos ver sus poblaciones crecer a través de los años, en vez de disminuirse – entonces será una buena señal para toda la vida en el planeta.
¿Estás interesado en ayudar con este proyecto? Para aprender más sobre oportunidades para relevamientos de aves rapaces cerca de ti, por favor ponte en contacto con Jeff Fleischer, raptorrunner97321@yahoo.com.
Leer más
East Cascades Audubon Society. (2022). Winter raptor surveys [con enlaces a datos de los relevamientos]. Recuperado de https://www.ecaudubon.org/winter-raptor-survey
Shane,
¡Bien hecho! Es difícil construir estas traducciones. Lo bueno es, conoces las intenciones del autor de el artículo en Inglés. 🙂
¡Gracias!
¡Muchas gracias, Ralph! Y sí, como dices, lo hace más fácil que entiendo lo que el autor quería decir en inglés. 🙂 Eso me permite hacer traducciones un poco más flexibles.